La anemia, especialmente la ferropénica, no solo constituye un problema médico, sino también psicológico y social en Colombia. Afecta a un porcentaje considerable de la población, en particular a niños menores de cinco años y a mujeres embarazadas, quienes presentan mayor vulnerabilidad por sus demandas biológicas y contextos sociales.
Desde la psicología, es fundamental entender que los síntomas de la anemia —cansancio, debilidad, mareos y dificultad para concentrarse— tienen un impacto directo en la esfera cognitiva y emocional. En los niños, la deficiencia de hierro se relaciona con retrasos en el desarrollo del lenguaje, dificultades de memoria y menor rendimiento escolar, lo cual puede generar frustración y baja autoestima. En adultos, la fatiga persistente limita la productividad, aumenta la irritabilidad y contribuye a estados de ansiedad o depresión.
El contexto colombiano muestra que los factores socioeconómicos y culturales intensifican el problema. El acceso limitado a alimentos ricos en hierro, la desigualdad en el sistema de salud y la alta prevalencia de infecciones se convierten en barreras que no solo afectan la fisiología, sino también la estabilidad psicológica y emocional de las comunidades. Además, en mujeres gestantes, la anemia incrementa el riesgo de complicaciones que pueden generar temor, estrés y sentimientos de inseguridad frente al proceso de maternidad.
La psicología de la salud resalta la importancia de la prevención y la educación comunitaria. Las campañas de concientización no deben enfocarse únicamente en la suplementación con hierro, sino también en el acompañamiento emocional, la motivación hacia hábitos alimenticios saludables y la reducción del estigma que a veces rodea a la enfermedad.
En conclusión, la anemia es un fenómeno multidimensional. Comprender su impacto psicológico permite ampliar la mirada más allá de lo clínico, reconociendo cómo afecta la calidad de vida, el bienestar emocional y el desarrollo integral de las personas. Abordarla de manera integral no solo implica tratar sus causas médicas, sino también fortalecer la resiliencia y la salud mental de quienes la padecen.