25 septiembre de 2025
Más de 35 mil dosis de cocaína fueron incautadas por la Policía Nacional en el aeropuerto internacional Olaya Herrera de Cartagena, antes de que lograran llegar a su destino final: el archipiélago de San Andrés. El cargamento estaba camuflado bajo la modalidad de encomienda y fue descubierto gracias a labores de control aeroportuario y al trabajo coordinado entre las autoridades y un canino antinarcóticos.
La droga estaba distribuida en 15 paquetes ocultos dentro de una carga sospechosa, cuyo destino final era la isla. El hallazgo fue posible gracias al olfato del perro entrenado y a la acción oportuna de los uniformados de la Dirección Antinarcóticos, quienes interceptaron la sustancia antes de su embarque. El valor estimado del cargamento en el mercado nacional supera los 100 millones de pesos.


Este operativo representa un golpe directo al Clan del Golfo, estructura criminal que ha intentado utilizar rutas aéreas y marítimas para mover drogas hacia San Andrés, aprovechando su ubicación estratégica. Las autoridades indicaron que esta incautación hace parte de una ofensiva sostenida contra los grupos que buscan financiar sus actividades delictivas a través del tráfico de estupefacientes. La acción policial fue resultado de un procedimiento de inspección rutinaria que se intensificó gracias a información ciudadana, el trabajo articulado entre inteligencia, control aeroportuario y el respaldo de la comunidad permitió frustrar el envío de la cocaína tipo exportación, evitando que llegara a las calles de la isla y afectara la seguridad del territorio insular.
La sustancia incautada fue puesta a disposición de la Fiscalía General de la Nación, que asumirá la investigación para identificar a los responsables del envío y determinar los nexos con estructuras criminales. Este hecho refuerza la importancia del control en los puntos de salida y llegada del país, especialmente en rutas que han sido utilizadas históricamente por el narcotráfico.
Las autoridades reiteraron que los controles en los aeropuertos del país se mantienen de manera permanente y especializada. Cada incautación impide el fortalecimiento económico de redes ilegales y contribuye a debilitar su capacidad operativa en las regiones, especialmente en zonas insulares donde los impactos del microtráfico pueden ser más graves por su limitada extensión territorial.