Por: Jeimy Almanza
Cada 31 de octubre se conmemora el Día Mundial del Ahorro, una fecha que busca recordarnos algo simple, pero clave: cuidar lo que tenemos hoy para asegurar lo que queremos mañana. En San Andrés, donde la vida gira entre el consumo de los residentes y el movimiento del turismo, hablar de ahorro es también hablar de estabilidad y planeación.
Ahorrar no se trata solo de guardar dinero, sino de aprender a organizar los ingresos para cumplir metas sin poner en riesgo el bolsillo. En una isla donde muchos trabajan por temporadas o dependen de la economía local, tener buenos hábitos financieros puede marcar la diferencia entre un mes tranquilo y uno lleno de estrés.
El primer paso está en conocerse: saber cuánto se gana, cuánto se gasta y en qué se va cada peso. Los famosos “gastos hormiga” —esas compras pequeñas del día a día— suelen pasar desapercibidos, pero al final del mes pueden ser la razón por la que el ahorro nunca despega.
Otra clave es tener un propósito claro. No se ahorra por ahorrar, sino para construir algo: un negocio, un viaje, una casa o simplemente un fondo de emergencia. Y en tiempos digitales, las herramientas tecnológicas y las apps de control financiero pueden ser grandes aliadas para hacer este proceso más fácil.
En San Andrés, Providencia y Santa Catalina, donde la cultura del rebusque y el emprendimiento crecen cada vez más, hablar de ahorro también es hablar de progreso. Porque cada peso bien administrado puede convertirse en una oportunidad, y cada hábito financiero responsable, en una inversión para el futuro.