La paternidad ausente es un fenómeno que, desde la psicología, representa una de las experiencias más profundas de carencia emocional en la infancia. No se trata únicamente de la ausencia física del padre, sino también de su falta de implicación afectiva, educativa y económica. Cuando el niño crece sin una figura paterna disponible y presente, su desarrollo psicológico se ve afectado por la falta de modelos de referencia, contención emocional y seguridad afectiva.
Diversas investigaciones señalan que las causas de esta ausencia son múltiples: factores socioeconómicos, rupturas de pareja, transformaciones en los roles de género y patrones culturales que perpetúan masculinidades distantes o emocionalmente desconectadas. En este sentido, la socialización de género ha fomentado, en algunos casos, una visión de la paternidad basada más en la provisión económica que en el acompañamiento afectivo, lo que contribuye a una crianza desequilibrada.
Las consecuencias psicológicas de crecer sin un padre presente son amplias. En la niñez, pueden manifestarse dificultades para regular las emociones, baja autoestima y problemas de conducta, mientras que en la adultez es frecuente observar inseguridad afectiva, dependencia emocional, temor al abandono y, en algunos casos, tendencia a las adicciones o a la repetición del modelo de ausencia. Estos efectos revelan cómo la figura paterna influye en la construcción del yo, la autoconfianza y la capacidad de establecer vínculos sanos.
En el contexto colombiano, las cifras son preocupantes: más del 30 % de los niños viven solo con su madre, y miles de denuncias por abandono o incumplimiento de responsabilidades paternas se registran cada año. Esta realidad no solo afecta a los hijos, sino que también sobrecarga emocional y económicamente a las madres, generando dinámicas familiares desiguales.
Desde la psicología y la cultura, se hace necesario promover una paternidad consciente, empática y activa. Impulsar modelos masculinos sensibles y responsables es una tarea urgente para prevenir el ciclo intergeneracional del abandono y fortalecer el bienestar emocional de las futuras generaciones.