Por: Jeimy Almanza
Hablar de dietas no tiene que ver solo con bajar de peso, sino con entender cómo alimentarse mejor sin perder el gusto por lo que nos encanta. Las dietas, en realidad, son formas de organización alimentaria que pueden ayudarnos a sentirnos con más energía, dormir mejor y cuidar nuestra salud a largo plazo.
El problema es que muchas veces se asocia la palabra “dieta” con restricciones, sacrificios o modas pasajeras. Y ahí es donde está el error. Más que dejar de comer, se trata de elegir mejor lo que comemos. En las islas, tenemos la ventaja de contar con alimentos frescos como el pescado, el coco, el pan de fruta y las frutas tropicales, todos aliados naturales para una alimentación equilibrada.
Una buena dieta no debería hacerte sufrir, sino ayudarte a conocer tu cuerpo, identificar qué te hace bien y mantener hábitos sostenibles. También influye mucho la salud mental y emocional: no hay cuerpo sano sin una mente tranquila. Comer bien no es una carrera ni una competencia, es un proceso que se adapta a cada persona, su edad, su rutina y su estilo de vida.
Así que, más que seguir dietas estrictas o copiar lo que ves en redes, el reto es aprender a escuchar a tu cuerpo y disfrutar de la comida sin culpa. Porque en San Andrés, cuidarse también sabe delicioso.