Por: Jeimy Almanza
La salud mental se ha convertido en un tema urgente y necesario. El ritmo de vida, los cambios sociales y las situaciones familiares hacen que muchas personas busquen orientación para manejar sus emociones, resolver conflictos y entender lo que sienten. En este contexto, la labor del psicólogo es clave: son profesionales que escuchan, guían y ayudan a ordenar lo que a veces parece imposible de manejar.
En las islas, donde el tejido social es tan cercano, su trabajo se refleja en colegios, centros de salud, instituciones públicas y consultorios privados.
Muchas personas aún sienten miedo o prejuicio al buscar ayuda profesional, pero visitar al psicólogo no es señal de debilidad; es un acto de responsabilidad personal. Estos profesionales cuentan con formación especializada para intervenir en temas como ansiedad, depresión, estrés, duelo, autoestima y manejo de emociones, además de acompañar procesos familiares y comunitarios.
La psicología abarca diversas áreas, desde lo clínico hasta lo social, lo educativo y lo laboral. Su objetivo es claro: orientar, prevenir y mejorar la calidad de vida de quienes lo necesitan, brindando herramientas prácticas y ayudando a las personas a conocerse mejor y a tomar decisiones más conscientes.
En islas como San Andrés, Providencia y Santa Catalina, donde los retos emocionales son tan reales como los físicos, los psicólogos se convierten en aliados indispensables. Su trabajo fortalece la convivencia, promueve el autocuidado y contribuye a que la comunidad crezca con una mejor salud mental.