Por: Jeimy Almanza

En una isla como San Andrés, donde todos se conocen y la comunidad es tan cercana, el papel del médico va mucho más allá del consultorio. Aquí, quienes ejercen esta profesión no solo atienden enfermedades, también acompañan procesos, escuchan historias y se convierten en un apoyo clave para muchas familias. La medicina, en este contexto, se vive con rostro humano, cercanía y un fuerte sentido de responsabilidad social.

Durante el programa, el médico Nathan Brown compartió su experiencia sobre lo que significa dedicar la vida a esta profesión. Habló de la vocación de servicio como el motor que impulsa a los médicos a seguir adelante incluso en los momentos más difíciles, y de cómo cada reto —desde una urgencia hasta una decisión compleja— pone a prueba no solo el conocimiento, sino también la sensibilidad frente al dolor ajeno.

Pretty Islands Magazine, recuerda que la medicina es fundamental porque protege la salud desde la prevención hasta el tratamiento, impactando directamente en la calidad y esperanza de vida de las personas. En el archipiélago, este impacto se refleja en la atención a la niñez, el cuidado de los adultos mayores, la respuesta ante emergencias y el acompañamiento permanente a pacientes con enfermedades crónicas.

Otro punto clave que se destacó es la actualización constante. La medicina avanza todos los días, y estar al tanto de nuevos tratamientos, tecnologías y protocolos es una obligación para garantizar una atención segura y de calidad. En una región insular, donde el acceso a servicios especializados puede tener limitaciones, esta preparación cobra aún más valor.

Reconocer a los médicos no es solo agradecer una consulta o un procedimiento exitoso. Es valorar las guardias largas, las decisiones difíciles, el desgaste emocional y el compromiso diario con la vida. En San Andrés, ser médico significa cuidar a la comunidad con conocimiento, ética y corazón.