Por: Jeimy Almanza
Hablar del VIH sigue siendo un tema necesario. La desinformación, el miedo y los prejuicios todavía afectan la manera en que muchas personas entienden esta condición, lo que dificulta el acceso a la atención, la prevención y, sobre todo, a una vida sin estigmas.
Durante el programa, Pretty Islands Magazine, el cineasta Juan de la Mar compartió su historia con una sinceridad que conecta. Desde su experiencia, mostró que el diagnóstico no define a nadie y que enfrentarlo con acompañamiento emocional y acceso a tratamiento puede transformar por completo el camino. Su corto documental, De Gris a Positivo, refleja ese proceso de duelo, aceptación y reconstrucción, abriendo un espacio de conversación que muchas personas necesitan, pero no siempre se atreven a tener.
En las islas, el desafío es doble: además del acceso a servicios médicos, todavía existen barreras sociales que generan silencio y discriminación. Muchas personas prefieren no hablar del tema por miedo al rechazo familiar o comunitario. Por eso es tan importante recordar lo reseñado en el magacín: el VIH no es un castigo ni un motivo de vergüenza, es una condición de salud que, con tratamiento, puede manejarse de forma segura y estable.
La prevención también juega un papel central. Usar preservativo, realizarse pruebas periódicas, conocer las formas reales de transmisión y derribar mitos son pasos esenciales para cuidar la salud propia y la de quienes nos rodean. Además, la adherencia al tratamiento permite que la carga viral llegue a niveles indetectables, lo que significa una vida plena y sin riesgo de transmitir el virus.
El mensaje de fondo es claro: la lucha contra el VIH empieza con información, empatía y conversaciones abiertas. En una comunidad tan cercana como la de San Andrés, apoyar, escuchar y respetar puede marcar la diferencia en la vida de quienes viven con esta condición.