La influencia de los padres en la vida de sus hijos va más allá de las palabras y se refleja en las acciones, actitudes y decisiones que toman diariamente. Desde los primeros años, los niños observan y absorben todo lo que sucede a su alrededor, moldeando su visión del mundo a partir de lo que ven en sus figuras de referencia. Los valores que se promueven en el hogar, la manera en que se manejan los conflictos y las interacciones con los demás son lecciones que los hijos interiorizan. Cuando los padres practican el respeto, la empatía y la tolerancia, inspiran a los pequeños a replicar esas mismas conductas en su entorno.
Las decisiones y acciones de los adultos también tienen un peso importante en el desarrollo de sus hijos. Los padres no solo influyen en lo que sus hijos hacen, sino también en la percepción que tienen sobre quiénes pueden llegar a ser.