Manejar las diferencias en una relación no es nada sencillo. Se requiere conocerse así mismo y comprender que cada uno es un mundo diferente, que las costumbres, hábitos y raíces culturales son variables. Lo importante para construir una relación sana es respetar las opiniones del otro y encontrar lo que tienen en común.
Es importante recordar que las diferencias culturales no significan que uno de los miembros de la pareja sea mejor ni peor que el otro. Simplemente existen diferencias y deben encontrarse un punto de equilibrio para poder entenderse y respetarse. Si un miembro de la relación tiene un pensamiento muy rígido en cuanto a sus creencias y valores, lo más seguro es que tendrán conflictos y no podrán entenderse. En las relaciones hay que aprender a ceder.