El desamor puede ser una experiencia difícil de llevar para cualquier persona, pero en el caso de los hombres, muchas veces es vivido de una manera particular. Desde pequeños, a muchos se les enseña que expresar sus emociones es un signo de debilidad, por lo que tienden a reprimir lo que sienten. Al enfrentar una ruptura, esta enseñanza puede llevarlos a ocultar su tristeza, tratando de proyectar una imagen de fortaleza. En lugar de abrirse y hablar sobre lo que les duele, algunos hombres optan por enfocarse en el trabajo, el ejercicio o los amigos, como una forma de evadir el dolor emocional.
Sin embargo, esa estrategia de “enterrar” el dolor suele ser temporal. Para muchos hombres, el desamor se convierte en una lucha interna que los afecta en distintos aspectos de su vida. Las emociones reprimidas encuentran la forma de salir, y eso puede desencadenar problemas como ansiedad o irritabilidad.