La obesidad es más que un problema físico: representa una crisis de salud pública en Colombia, afectando a más del 60% de los adultos, según la ENSIN. Sus consecuencias trascienden lo médico, pues impactan la autoestima, la imagen corporal y las relaciones sociales, generando sentimientos de frustración y ansiedad cuando los intentos de dieta y ejercicio no logran resultados sostenidos.
En este panorama, la cirugía bariátrica surge como una alternativa eficaz para quienes padecen obesidad severa o mórbida. Lejos de ser un procedimiento estético, representa una herramienta terapéutica que favorece la pérdida de peso sostenida y, con ello, una mejoría en la calidad de vida. Sin embargo, el éxito no depende solo de la técnica quirúrgica, sino también de la disposición emocional del paciente para asumir cambios profundos en su estilo de vida.
Desde la psicología, se entiende que la cirugía bariátrica implica un proceso de transformación integral. Al reducir la ingesta y modificar la relación con la comida, el paciente enfrenta nuevos retos: aprender a identificar la saciedad, manejar la ansiedad sin recurrir a la alimentación y reconstruir su identidad corporal. Estos cambios pueden despertar miedos, inseguridades o incluso duelo por la pérdida del “yo” anterior.
Asimismo, la cirugía requiere un compromiso a largo plazo. El seguimiento psicológico ayuda a prevenir recaídas en hábitos nocivos y a reforzar la motivación frente a posibles complicaciones o limitaciones. Además, favorece la aceptación de la nueva imagen y la consolidación de una relación más saludable con el propio cuerpo.
La evidencia muestra que los pacientes que cuentan con acompañamiento interdisciplinario —nutricional, médico y psicológico— logran mejores resultados tanto físicos como emocionales. En este sentido, la cirugía bariátrica no debe verse como un “atajo” para bajar de peso, sino como una oportunidad de cambio profundo que exige preparación mental, disciplina y apoyo profesional.
Más que reducir kilos, se trata de recuperar salud, dignidad y bienestar, entendiendo que la verdadera transformación comienza en la mente.