Todos tenemos esos momentos donde la paciencia se nos escapa y solo queremos reaccionar y no de la mejor manera. La vida está llena de pequeñas cosas que, aunque no lo parezca, nos sacan de casillas: el internet lento, el vecino que pone música a todo volumen justo cuando quieres descansar, una mala atención o una promesa no cumplida. ¿Por qué nos pasan estas cosas? Bueno, tal vez es un recordatorio de que en la vida no siempre las cosas salen como esperamos.
Hay rabias que van más allá de lo cotidiano, las que vienen de injusticias o de gente que parece no entender las normas básicas de convivencia. A veces no es la situación en sí, sino la acumulación de detalles lo que nos hace sentir que el mundo conspira contra nosotros.