Las nuevas generaciones en Colombia están redefiniendo profundamente la relación con el trabajo. Desde la psicología, este cambio refleja una evolución en las necesidades humanas: ya no basta con garantizar estabilidad económica; ahora los jóvenes buscan sentido, bienestar y coherencia emocional en sus espacios laborales. Para muchos, el empleo no es solo una obligación, sino un escenario donde pueden expresar su identidad, desarrollar habilidades y mantener equilibrio entre la vida personal y profesional.
Este enfoque responde a una característica central de los Millennials y la Generación Z: son generaciones altamente conectadas, orientadas al aprendizaje continuo y sensibles a la calidad del entorno emocional. Por eso, valoran la retroalimentación constante, los espacios colaborativos y las culturas organizacionales transparentes, donde sus ideas sean escuchadas. La tecnología, además, se convierte en una extensión psicológica de su vida diaria, facilitando la autonomía y la flexibilidad que consideran indispensables.
Los estudios recientes muestran que el bienestar emocional se ha convertido en un factor decisivo para permanecer o renunciar a un empleo. El estrés sostenido, la falta de propósito y la desconexión con las labores son motivos frecuentes de abandono, un indicador claro de que la salud mental ocupa un lugar prioritario. La aparición del polyworking —tener varios empleos simultáneamente— es, en muchos casos, una respuesta ante la incertidumbre económica, pero también una búsqueda de autorrealización y diversificación de habilidades.
Este panorama revela un desajuste entre las expectativas juveniles y la oferta laboral tradicional. Cuando las empresas no brindan flexibilidad, liderazgo empático u oportunidades reales de crecimiento, los jóvenes experimentan frustración, ansiedad y desmotivación, generando alta rotación y menor compromiso organizacional.
Por ello, es fundamental que las empresas adopten una cultura organizacional más humana. Esto implica promover ambientes colaborativos, integrar tecnologías que faciliten el trabajo, ofrecer modelos híbridos y fortalecer programas de bienestar emocional. Al atender estas necesidades psicológicas, las organizaciones no solo atraen talento joven, sino que construyen relaciones laborales más estables, saludables y sostenibles.