“El apego psicológico se refiere al vínculo emocional que se establece entre una persona y otra, y que se caracteriza por la necesidad de proximidad, seguridad y protección. Este vínculo se desarrolla principalmente durante la infancia, a partir de las interacciones que se establecen con los cuidadores principales (normalmente los padres), y se puede mantener a lo largo de toda la vida.”[1]
Las relaciones tempranas entre los cuidadores y el niño son fundamentales para su desarrollo emocional, ya que les enseñan a confiar en los demás, a expresar sus emociones y a regularlas de una manera acertada.