Por: Jeimy Almanza

El freestyle ha dejado de ser una tendencia para convertirse en una verdadera expresión cultural entre los jóvenes del archipiélago. En San Andrés, las batallas de freestyle han ganado espacio como escenarios donde la creatividad, la improvisación y la identidad isleña se mezclan al ritmo del rap.

El evento Freestyle Battle Da Music reúne a jóvenes que comparten una misma pasión: improvisar y demostrar su talento frente al público. Más que una competencia, se trata de un punto de encuentro donde la palabra se convierte en herramienta de arte, respeto y superación. Aquí no se trata de quién grita más fuerte, sino de quién tiene el ingenio, el flow y la capacidad de construir rimas con contenido y actitud.

Este año, el evento tiene un toque especial: es la revancha para quienes no lograron avanzar en la edición anterior. Esa segunda oportunidad refleja el espíritu del freestyle —caer, levantarse y seguir rimando—, un mensaje que conecta con la juventud isleña que busca abrirse paso en el mundo artístico.

Las calles, los parques y los espacios culturales de la isla se están convirtiendo en pequeñas escuelas de improvisación donde se forjan nuevos talentos. Más allá de una batalla, el freestyle está fortaleciendo la cultura urbana local, promoviendo la sana competencia y demostrando que la voz de los jóvenes tiene poder, ritmo y mensaje.