En estas labores participan tanto Coralina como los operadores turísticos del parque, quienes deben realizar la limpieza y el mantenimiento de sus establecimientos, aplicar pintura y reforzar las áreas en madera, entre otras acciones de embellecimiento. El objetivo es preparar el espacio para que, al reabrir, continúe ofreciendo un servicio de calidad a los visitantes.

El cierre temporal busca también darle un respiro a la biodiversidad del islote, reduciendo el impacto que genera el flujo constante de visitantes. Esta pausa permite que los ecosistemas tengan un tiempo de recuperación, reforzando así el compromiso de las autoridades ambientales con la conservación y el turismo sostenible.

Durante los tres días no se permitirá el ingreso de residentes ni turistas, quedando el acceso restringido únicamente a prestadores de servicios y al personal encargado de las jornadas de mantenimiento y limpieza. La medida será estrictamente controlada para garantizar el cumplimiento de los objetivos ambientales. Una vez reabierto el parque, continuarán vigentes las restricciones ya establecidas: está prohibido ingresar alimentos, bebidas y mascotas, con el fin de evitar la acumulación de desechos y proteger las especies que habitan en el islote. Estas medidas buscan generar una mayor conciencia ambiental entre quienes visitan Johnny Cay.