21 de julio de 2025
La disminución drástica de peces loro de gran tamaño en San Andrés ha sido confirmada por un reciente estudio liderado por investigadores de la Universidad Nacional Sede Caribe, quienes advierten sobre el impacto negativo de esta pérdida en los arrecifes coralinos del archipiélago. La especie, vital para el equilibrio del ecosistema marino, ha mostrado una reducción alarmante en su población, especialmente aquellas de mayores tallas, que cumplen un rol esencial en la limpieza del fondo marino y la producción de arena blanca.
Según el análisis realizado durante los últimos años de monitoreo, se ha registrado la casi total desaparición del escarús guacamaya y el escarús celestino, dos tipos de peces loro reconocidos por su capacidad para consumir macroalgas, permitiendo así el crecimiento saludable de los corales. Aunque se observan aún 11 de las 12 especies presentes en la isla, la ausencia de estos especímenes grandes es considerada un indicador de alerta ecológica.

Estos peces, también conocidos como los “jardineros del arrecife”, desempeñan un papel crucial en la eliminación de algas que podrían asfixiar a los corales jóvenes, además de contribuir significativamente a la formación de playas coralinas gracias a la arena que generan durante su alimentación. Su desaparición no solo afecta al ecosistema marino, sino también a la biodiversidad de la Reserva de Biósfera Seaflower.
El estudio también resalta que, aunque la población no se encuentra en un estado crítico de no retorno, sí ha alcanzado un nivel regular que requiere acciones urgentes. La comunidad científica insiste en la necesidad de implementar medidas de conservación efectivas que garanticen la recuperación de esta especie clave para la salud de los arrecifes del archipiélago.
Una de las principales causas asociadas a la disminución es el cambio climático, pero también se subraya el impacto del comportamiento humano. Se hace un llamado a la población isleña a tomar conciencia sobre la pesca responsable, respetando las tallas mínimas de captura, especialmente aquellas que aseguren que los peces hayan tenido al menos una oportunidad de reproducirse antes de ser extraídos del mar.