07 de mayo de 2025

San Andrés fue el escenario de un emotivo encuentro de saberes en torno a la cocina tradicional raizal, como parte del proceso “Cocinas para la Paz”, una iniciativa impulsada por la FAO y el Ministerio de Cultura para fortalecer el patrimonio alimentario del archipiélago.

Durante varios días, más de 20 cocineros y cocineras tradicionales de San Andrés, Providencia y Santa Catalina participaron en actividades de formación, talleres con niños y niñas, y recorridos por espacios agrícolas y comunitarios, con el objetivo de revitalizar la memoria alimentaria del pueblo raizal. La iniciativa busca propiciar el diálogo intergeneracional y el intercambio con agricultores y artesanos, en un proceso integral de salvaguarda del patrimonio cultural y culinario local.

La actividad tuvo como propósito fortalecer las capacidades de actores comunitarios e institucionales para proteger y valorar el patrimonio alimentario y culinario del territorio. Desde la organización del proyecto se resaltó la importancia de articular los sectores social, ambiental, económico y cultural como parte fundamental del proceso.

El encuentro fue oportunidad para que los participantes vivieran una experiencia significativa para reconectar con sus raíces culturales y fortalecer su identidad en el archipiélago. Durante las jornadas, se destacó la importancia de preservar los ingredientes autóctonos que aún se cultivan en las islas y de mantener vivas las enseñanzas transmitidas por generaciones anteriores, reconociendo en la cocina tradicional un legado que merece ser protegido y compartido.

Además de las actividades para adultos, el programa incluye talleres pedagógicos dirigidos a niños, niñas y adolescentes, con el propósito de asegurar la continuidad de los saberes ancestrales. Sin embargo, los organizadores advierten sobre los riesgos que enfrenta esta tradición culinaria, entre ellos la presión del turismo y la introducción de productos foráneos. Por ello, hacen un llamado a valorar, respetar y promover la riqueza alimentaria propia como un pilar fundamental del presente y del futuro cultural del archipiélago.