El evento concluyó con un llamado contundente a las mujeres del archipiélago: no quedarse en silencio. Desde la activación de rutas de atención hasta el acompañamiento solidario, las asistentes insistieron en que siempre habrá una solución si se busca ayuda.
“Invito a todas las mujeres del departamento a que denuncien, no se queden calladas. Vamos a activar las rutas de violencia contra las mujeres del archipiélago”, expresó Kimberly Puello, representante de la comunidad LGBTIQ+.
“No vayan solas, busquen a quién contarle, y que esa amiga las acompañe. Pero no se queden solas y no se queden calladas” enfatizó Cottrel.
El mensaje final de las asistentes y organizadoras es claro: romper el silencio es el primer paso para erradicar la violencia de género y construir una sociedad más segura y equitativa.